El libro
Con su bestseller "Las 5 disfunciones de un equipo ", Patrick Lencioni, ofrece un modelo para analizar el comportamiento de los miembros de un equipo.
El libro se divide en dos partes. La primera parte es una fábula sobre la llegada de Kathryn Petersen a la dirección de la empresa ficticia DecisionTech. Descubre un Comex compuesto por personalidades de innegable inteligencia, pero que se comportan peor que todo lo que había visto antes.
“ En consecuencia, no se tomaron decisiones, las discusiones se alargaron y fueron poco interesantes, con escaso intercambio real ; y todos parecían esperar desesperadamente que cada reunión terminara.”
¿Le parece que esta descripción le recuerda a situaciones de la vida real? La segunda parte del libro de Patrick Lencioni ofrece un análisis de su modelo y propone algunas pistas para salir de la espiral de la disfunción de un equipo.
Según el autor, existen cinco disfunciones de este tipo y están interrelacionadas :
la falta de confianza, el miedo a la confrontación, la falta de compromiso, la evasión de la responsabilidad y la falta de atención a los resultados. Provocan tensiones, peleas, malentendidos y generan errores.
He aquí cómo reconocerlos y tratarlos según Patrick Lencioni.
La primera disfunción, en la base de la pirámide: falta de confianza entre los miembros de un equipo. Esto ocurre cuando los miembros del equipo son reacios a mostrarse vulnerables. Es decir, la capacidad de mostrar debilidades o errores. Un equipo que falta de confianza se reconoce cuando sus miembros no comparten o comparten muy poco sobre su vida privada, les resulta difícil ofrecer y pedir ayuda, o no se dan feedback constructivo.
Un equipo que no confía en los demás no es capaz de mantener conversaciones sinceras, de mantener debates apasionados... es miedo a la confrontación.
Los miembros dan la impresión de que siempre están de acuerdo entre ellos. En realidad se trata de una falsa armonía, las reuniones suelen ser aburridas y se evitan cuidadosamente los temas importantes o espinosos.
Por lo tanto, los miembros del equipo no están dispuestos a dar sus opiniones o ideas y caen en un consenso blando. En consecuencia, no pueden tomar decisiones con confianza y comprometerse a aplicarlas: se produce una falta de compromiso.
Este tipo de disfunciones se reconocen en los equipos que cuestionan las decisiones y los debates al no establecer prioridades y pasos claros.
Si el equipo no se compromete a tomar decisiones claras y no consigue que sus miembros se impliquen en la consecución de estos objetivos, entonces desarrollan una actitud de evitación de la responsabilidad.
La gente no cumple los plazos, culpa a su jefe de equipo de cualquier problema o no desafía su práctica.
Consecuencia : inatención a los resultados. La gente antepone sus propias necesidades (carrera, ego, reconocimiento...) antes que las del equipo. Estas personas se atribuyen el éxito a sí mismas en detrimento de los esfuerzos del resto del grupo. El equipo no aprende y no evoluciona.
Como puede ver, estas disfunciones están relacionadas entre sí. Si el equipo permite que una de estas disfunciones se instale, el trabajo de todo el equipo se deteriora.
Posibles soluciones
Para superar estas disfunciones, Patrick Lencioni propone algunas soluciones a aplicar. Los actualizo con algunas herramientas utilizadas en Extia.
Generar confianza :
La confianza debe empezar, en primer lugar, por el líder.
"Esto significa que el líder acepta el riesgo de quedar mal ante los miembros de su equipo, para que estos últimos asuman el mismo riesgo".
También es importante construir un contexto en el que no se culpe o se burle de la vulnerabilidad. El líder debe estar atento a este punto para no dejar que se produzcan burlas o comentarios insidiosos en los intercambios.
A continuación, es posible trabajar en ejercicios que tienen como objetivo conocerse mutuamente.
Compartir historias personales para fomentar la empatía.
Compartir una anécdota personal no ocurre solo en la máquina de café. Esto puede convertirse en un verdadero ejercicio para los equipos (especialmente aquellos cuyos miembros no se conocen mucho entre sí). Esto se puede hacer de varias formas: retratos chinos cruzados, realización de mapas mentales personales...
Eficacia del equipo
Se trata de un taller para destacar los puntos fuertes y las áreas de mejora de cada miembro del equipo. En Extia utilizamos el juego del Tótem para resaltar los puntos fuertes y las contribuciones positivas de cada miembro del equipo. El uso de mapas de competencias es también una buena manera de aprender a reconocer los puntos fuertes del equipo.
Evaluaciones de comportamiento
La idea es conocerse a sí mismo, pero también compartir este conocimiento con los demás.
Patrick Lencioni menciona el uso del MBTI (Indicador de Tipo de Myers-Briggs). En Extia utilizamos la Process Communication para este mismo objetivo.
Feedback de 360º
Este enfoque debe considerarse como una herramienta de desarrollo personal para identificar los puntos fuertes y las áreas de mejora de uno mismo sin ninguna consecuencia. La idea es pedir la opinión de los compañeros, el staff, los managers, los clientes: todas las personas con las que trabajamos.
El team building
También en este caso, el objetivo es pasar tiempo juntos para conocerse mejor, sobre todo en un entorno que puede estar fuera del ámbito profesional. El team building nos permite crear una experiencia común que reúne al equipo. El reto consiste en realizar actividades (deportivas, creativas o de otro tipo) que puedan ser objeto de un informe para destacar la importancia del trabajo en equipo.
Evitar la falsa armonía
La posición del líder aquí es bastante sutil, porque como señala Lencioni, debe ser capaz de enmarcar los debates, pero sin adoptar una postura paternalista que sobreproteja al equipo. Para ello, el autor recomienda dar un paso atrás durante los conflictos, escuchando y observando para que el equipo pueda llegar a una resolución natural del conflicto.
Algunas herramientas para acompañar los debates apasionados:
Extracción
Patrick Lencioni propone un papel "menor" que pueden desempeñar una o varias personas del equipo durante las reuniones. Estas personas van a sacar a relucir los desacuerdos enterrados exponiéndolos hasta que se resuelvan. Esta función requiere objetividad, valor y amabilidad con el equipo. Para practicar esta función, puede ser útil utilizar el método de confrontación de opiniones de Bono Hats.
Permiso en tiempo real
La extracción puede ser un momento incómodo para el equipo y, dependiendo de las personalidades implicadas, el tono puede subir rápidamente mientras que otros se desvanecen de la conversación. Es importante interrumpir el debate para recordar al equipo que la confrontación es importante y que debe hacerse en un ambiente sano.
Perfiles de comportamiento
Los perfiles de comportamiento (MBTI, Process Com...) también son buenas ideas para que los miembros del equipo comprendan la forma en que se comunican entre ellos y utilicen las palancas de comunicación adecuadas. Pueden complementarse con otras herramientas más específicas, como el instrumento de gestión de conflictos de Thomas-Kilmann (TKI).
Fomentar el compromiso del equipo
El líder debe animar a los miembros del equipo a encontrar una solución a los problemas, pero también a cumplir los distintos plazos. Para acompañarlos y asegurarse de que todos están comprometidos, el objetivo del líder es maximizar la claridad de los asuntos y la buena alineación de todos.
Mensajes en cascada
Al final de cada reunión de managers, los participantes se toman unos minutos para enumerar las decisiones fundamentales que se han tomado y definir entre ellos qué elementos se pueden comunicar a los equipos y cuáles serán confidenciales. Esto permite que los colaboradores tengan el mismo nivel de información por parte de todos los managers y que éstos construyan una imagen fuerte y positiva.
Plazos
Los vencimientos
Cada decisión va acompañada también de un plazo que debe comunicarse y respetarse con disciplina y rigor. Sincronizar a todos ayuda a evitar la ambigüedad.
El peor de los casos
Para los equipos a los que les resulta difícil comprometerse con ciertas decisiones, Patrick Lencioni sugiere hacer un ejercicio del peor escenario posible. "¿Qué pasa en el peor de los casos?" permite a los equipos disipar sus miedos y comprender mejor que el impacto de una mala decisión es mucho menos perjudicial de lo que imaginan.
Hacer que los equipos sean responsables
En un equipo responsable, el líder no es la única fuente de disciplina. Su objetivo es intervenir sólo como último recurso para realizar arbitrajes.
Patrick Lencioni habla de algunas herramientas y prácticas sencillas que se pueden poner en marcha para que cada individuo del equipo sea responsable, evitando una vez más las situaciones ambiguas y poco claras.
Comunicar los objetivos
Comunicar lo que el equipo debe conseguir especificando las tareas y el papel de cada persona. Las herramientas de gestión visual pueden servir para aclarar esta información.
Evaluar el progreso del equipo
Esta evaluación debe realizarse de forma sencilla y regular. En este ritual, los miembros del equipo se informan mutuamente sobre el progreso de las tareas o el comportamiento de cada persona. Así, todos pueden intervenir para dar puntos de aviso si algo no va bien.
Recompensas colectivas
El equipo puede crear una cultura de responsabilidad recompensando los logros colectivos en lugar de los individuales. De esta manera, todos los miembros del equipo participan activamente en la consecución de los objetivos.
Mantener la concentración en los resultados del equipo
Finalmente, para esta última disfunción, el autor hace dos sugerencias para superar la falta de atención a los resultados:
Compartir los resultados del equipo públicamente
Patrick Lencioni sugiere que los compañeros de equipo se comprometan públicamente con sus resultados. Para crear un compromiso más fuerte y un mayor deseo de éxito.
Recompensas basadas en los resultados
La recompensa económica no debe ser la única palanca de motivación. Sin embargo, según Patrick Lencioni, fijar una recompensa en la consecución de resultados tiene más peso que recompensar el "esfuerzo sostenido", porque añade importancia a los objetivos a alcanzar.